viernes, 21 de diciembre de 2007

MANIFIESTO
10º Aniversario Discos Noni's

Mantener abiertas las puertas de una tienda de discos se me antoja hoy cómo un sueño que por desgracia pocos van a poder realizar en el futuro.Y cuando hablo de tiendas me refiero a pequeñas empresas dirigidas por personas apasionadas y emprendedoras, y pongo cómo ejemplos los nombres de Rough Trade, Rock On y Honest John's en Londres. Desde estos lugares se amplificó la señal emitida por grupos locales de bajos presupuestos gracias a la interacción de muchas relaciones humanas y mercantiles generadas por la música.
Los discos ya no molan, y para colmo son caros. Eso dicen. Ha llegado el momento de consumir música a través de una larga retahíla de nuevos canales y soportes que salen al mercado destinados a desarrollar las comunicaciónes del siglo XXI. Algún iluso creerá que está plantando cara a las leyes de las grandes corporaciones cuando descarga miles de canciones sin pagar un céntimo antes de pararse a reflexionar que está haciendo más grandes a los gigantes. En cualquier caso, los discos ya no molan y su prestigio cómo obra está en declive. ¿Quién elige un disco cómo regalo para un amigo o familiar?, pues cada año menos personas. Habría que devolverle al disco , y por extensión a la música, el halo de importancia cómo obra original adquirida durante décadas y volver a sentir los discos cómo si fuesen objetos mágicos.
Ante el pesimismo, algunas voces autorizadas proclaman que el futuro está en la especialización de las tiendas, ¿especialización?, ¿qué especialización?, ¿Alguién cree capaz a una modesta tienda en cualquier ciudad de provincias sufragar los gastos de alquiler, personal, suministros, mercancía y promoción vendiendo discos de free jazz y after punk?, pues dejénme que les diga que no, que por desgracia los aficionados/compradores a estilos minoritarios no son suficientes para conseguirlo. Esto me permite plantear la labor pedagógica y didáctica que realizamos los vendedores cuando ilustramos a los clientes, sin ser conscientes que en muchos casos estamos abriendo nuevas perspectivas y ayudando a apuntalar una de las bases sobre la que sustentamos eso llamado criterio: el conocimiento. Muerte o gloria. Apuesto por el presente y futuro de las tiendas de discos independientes cómo amplificadores de los nuevos grupos de la escena local, en su motivación, trabajo y criterio sin practicar un ejercicio chauvinista de nuestra idiosincrásia sino reafirmando la posibilidad de convertir algo local en universal, sabiendo que un grupo de rock de Cambre puede comunicarse con otro de Venice Beach para compartir inquietudes vitales hablando el mismo lenguaje (musical) .

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Manter abertas as portas dunha tenda de discos se me antolla hoxe como un soño que por desgraza poucos van poder realizar no futuro.E cando falo de tendas refírome a pequenas empresas dirixidas por persoas apaixonadas e emprendedoras, e poño como exemplos os nomes de Rough Trade, Rock On e Honest John'*s en Londres. Desde estes lugares amplificouse o sinal emitido por grupos locais de baixos orzamentos grazas á interacción de moitas relacións humanas e mercantís xeradas pola música.
Os discos xa non molan, e aínda por riba son caros. Iso din. chegou o momento de consumir música a través dunha longa sarta de novas canles e soportes que saen ao mercado destinados a desenvolver as comunicacións do século XXI. Algún iluso crerá que está plantando cara ás leis das grandes corporacións cando descarga miles de cancións sen pagar un céntimo antes de pararse a reflexionar que está facendo máis grandes aos xigantes. En calquera caso, os discos xa non molan e o seu prestixio como obra está en declive. ¿Quen elixe un disco como agasallo para un amigo ou familiar?, pois cada ano menos persoas. Habería que devolverlle ao disco , e por extensión á música, o halo de importancia como obra orixinal adquirida durante décadas e volver sentir os discos como se fosen obxectos máxicos.
Ante o pesimismo, algunhas voces autorizadas proclaman que o futuro está na especialización das tendas, especialización?, ¿que especialización?, ¿Alguén cre capaz a unha modesta tenda en calquera cidade de provincias sufragar os gastos de aluguer, persoal, subministros, mercancía e promoción vendendo discos de free jazz e after punk?, pois deixen que lles diga que non, que por desgraza os afeccionados/compradores a estilos minoritarios non son suficientes para conseguilo. Isto permíteme suscitar o labor pedagóxica e didáctica que realizamos os vendedores cando ilustramos aos clientes, sen ser conscientes que en moitos casos estamos abrindo novas perspectivas e axudando a apuntalar unha das bases sobre a que sustentamos iso chamado criterio: o coñecemento. Morte ou gloria. Aposto polo presente e futuro das tendas de discos independentes como amplificadores dos novos grupos da escena local, na súa motivación, traballo e criterio sen practicar un exercicio chauvinista da nosa idiosincrasia senón reafirmando a posibilidade de converter algo local en universal, sabendo que un grupo de rock de *ambre pode comunicarse con outro de Venice Beach para compartir inquietudes vitais falando o mesmo linguaxe (musical) .

Nota do tradutor: Non costa nada de traballo poñelo en galego coa axuda do http://www.opentrad.com/

Carlos dijo...

No es que los discos molen o dejen de molar, y ese es el típico razonamiento que no haría, creo yo, ningún amante de la música.

Personalmente, aún regalo discos si creo que merecen la pena, pero ahora entramos en el quid: ¿cuantos discos valen los jodidos 15-18 euros que intentan cobrar por ellos? Siento decir que muy, muy pocos.

Sin ir más lejos, un disco, en inglaterra, está entre las 6 y las 9 libras, y allí se venden discos; ¿de verdad crees que no hay ninguna relación "precio" "consumo"? Es que en fin, la gente no deja de comprar discos porque "molen o dejen de molar", si no porque estamos en un país con una economía mediocre en el que artículos como los discos están a precios de oro para enriquecer a intermediarios y a la SGAE.

Comprendo que tú, en tu visión de dueño de una tienda de discos, así como cualquier músico que viva de la venta de discos desee que las ventas se mantengan; lo que no se puede hacer es que un disco cueste lo que cueste y se espere mantener un cierto nivel de ventas.

El último disco que me compré... para mí... en fin, creo que una edición que encontré por 6 euros de los Tubular Bells en El Corte Inglés, antes de eso... una edición especial de Aina: The Metal Opera que encontré por 10 y así... viviendo de la feliz idea de que a una tienda concreta se le ocurra poner algo en oferta; pues no sé, señor Nonito, como lo verá usted, pero así, desde luego, las ganas de ir a ver discos mueren, y así la comodidad de conseguir el disco desde tu propia silla, sin pagar nada, claro que reluce como si fuese la panacia; pero es que así, cualquiera.

Un cordial saludo.